Proyecto Oficios en RED
Redeia y REDR promueven la artesanía para fijar población en el medio rural y reactivar su economía
  • ‘Oficios en RED: la emoción de aprender cosas singulares’ busca convertir la alta tradición artesana en polo de atracción para el turismo rural y los creadores de moda
  • Arranca estos días en Extremadura con un encuentro entre artesanos de las comarcas del Valle del Alagón y la Sierra de Gata con diseñadores de moda y se extenderá en próximas fechas a otras comunidades autónomas
     

Redeia y la Red Española de Desarrollo Rural han puesto en marcha un innovador proyecto para fijar población y crear oportunidades de desarrollo en el medio rural gracias a la promoción de su tradición artesana en los sectores de la moda, la decoración y el turismo rural. 

‘Oficios en RED: la emoción de aprender cosas singulares’ busca dar a conocer técnicas y productos artesanales de nuestros pueblos a empresas de moda y decoración que se interesen en incorporarlos en sus colecciones, así como crear experiencias turísticas en torno a estos oficios ancestrales de modo que sirvan de polo de atracción hacia estos municipios.

El objetivo es fijar población, promover la diversificación laboral y crear oportunidades en el entorno rural, que representa el 80% del territorio de España y que es el principal afectado de la crisis que vive la artesanía, que perdió entre 2015 y 2019 en torno a 300 millones de euros de producción, según recoge el estudio La artesanía en España: seña de identidad de la alta gama.

“En nuestros pueblos abunda un saber hacer ancestral que reúne grandes dosis de talento, de respeto al medioambiente y a un estilo de vida saludable. Apoyar los oficios artesanos es abogar por la revitalización y el desarrollo sostenible, justo e inclusivo de nuestros pueblos”, expresa Antonio Calvo Roy, director de Sostenibilidad de Redeia, grupo empresarial comprometido con el medio rural, donde despliega mayoritariamente sus infraestructuras.

Para Secundino Caso, presidente REDR, “la vulnerabilidad del sector artesanal contrasta con su potencial de crecimiento. El «hecho a mano en España» por parte de talleres y maestros españoles es un valor añadido clave para numerosas marcas de prestigio nacionales e internacionales y representa una gran oportunidad de crecimiento para nuestro país. Sin embargo, no existe un reconocimiento generalizado de la aportación que tiene la artesanía española en la alta gama. Por eso hemos puesto en marcha este proyecto piloto con el ánimo de preservar la sostenibilidad de los territorios rurales y contribuir a alcanzar los objetivos que marca la Agenda 2030”.

Oficios en RED se ha puesto en marcha estos días en Extremadura con un primer encuentro entre sombrereras, curtidores, bordadoras y otros artesanos de las comarcas del Valle del Alagón y la Sierra de Gata con creadores y diseñadores de la industria de la moda, entre ellos, Moisés Nieto, quien no solo utiliza complementos artesanales en sus colecciones, sino que, además, ha impulsado La Hacería, una plataforma de mujeres artesanas para ponerlas en contacto con diseñadores, que le valió el premio MDCM 2020.

Moisés Nieto ha puesto especial énfasis en el aporte de valor fundamental de la artesanía al sector de la moda y del arte. Destaca el beneficio mutuo que supone ‘Oficios en RED’ para diseñadores y artesanos: “la unión de la moda con la artesanía es lo único que, hoy en día, nos diferencia de tanta ‘fast fashion’ y tanta marca de moda rápida. El valor añadido que podemos darle a una prenda, de la mano de nuestros artesanos y de nuestro saber hacer, es la seña de identidad que tenemos para sobrevivir en un sector muy colapsado por marcas y producciones baratas que tanto daño están haciendo al mundo de la moda”. 

María José González, Montehermoso (Cáceres), es una de las artesanas que participa en Oficios en RED. Hoy es la única artesana en el mundo que realiza la Gorra de Montehermoseña con la que salían al campo y se tocaban para las fiestas las vecinas de esta localidad. Las realiza con paja de centeno que ella misma planta en su huerto, seca y luego trenza para coser después a mano, los adornos a base de lanas, telas, botones y lentejuelas, como hacia su bisabuela. Sus creaciones, únicas, han sido portada de Vogue y han desfilado en dos ocasiones en la Fashion Week de Madrid de la mano de Marina Conde, diseñadora de La Condesa, y del diseñador extremeño Miguel Becer, creador de ManéMané.

La colaboración con diseñadores y marcas de moda es una oportunidad para muchos artesanos. María Ángeles Hoyos y Marcos López (madre e hijo) vecinos de Villamiel (Cáceres) y artesanos de primera y segunda generación respectivamente, comercializan sus productos en ferias y a través de su página web. “Si una firma nos pidiera colaborar con ellos, lo haríamos encantados”, confiesan.

Otro tanto les sucede a Mª José López Casillas, 70 años, natural de Acebo (Cáceres) y única gran maestra del encaje de bolillos que queda en España y a Rocío Bueso, 69 años, vecina de Moraleja (Cáceres) especializada en el picado de faldas extremeñas como lo hacían sus antepasadas, con brasas de carbón. Ambas regentan sendos talleres donde más de 45 mujeres entre ambas, en su mayoría superan los 65 años, bordan y cosen con maestría como lo hacían sus abuelas y sus bisabuelas. Hacen juegos de cama, mantelerías, ropa de niño, abanicos, guantes y hasta vestidos de novia y objetos de decoración que luego regalan a sus familiares y amigos. “Antes teníamos encargos. Nuestro arte se vendía a comerciantes que lo distribuían por toda España y daban unos ingresos a las mujeres de los pueblos. Ahora nadie de nuestro entorno quiere comprarlos. Son productos caros que requieren de muchas horas de trabajo y nosotras no somos muchas en el mundo digital ni en marketing para poder promocionarlos”, manifiestan.

España cuenta con 64.000 empresas dedicadas a la artesanía (1,9% del total del tejido empresarial y un 37,4% de la industria manufacturera), muchas menos de las que existen en Francia o en Alemania. Por su parte, las empresas artesanas españolas dan trabajo a 213.000 empleados, lo que supone el 1,1% del total de empleos y un 10,3% de la industria manufacturera (datos de 2019).