Máximo respeto y promoción de los derechos humanos

Hacemos público un compromiso explícito con el respeto y la promoción de los derechos humanos en el desarrollo de nuestras actividades y llevamos a cabo procesos de debida diligencia anuales para asegurarnos de que así sea.

Mantenemos de forma continuada un nivel de riesgo bajo en esta materia. Hasta la fecha no hemos vulnerado ningún derecho humano y, por lo tanto, no ha sido necesaria la implantación de ninguna acción de remediación. Para garantizar la mejora continua en este ámbito, evaluamos anualmente nuestros riesgos en derechos humanos y actualizamos las normativas internas que rigen este mecanismo.

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Infografía Elementos del Modelo de gestión de los derechos humanos de Redeia

Nuestro modelo de gestión

Disponemos de un Modelo de gestión de los derechos humanos aprobado por el Comité Directivo de Sostenibilidad, que estructura y sistematiza las acciones de la compañía para proteger y respetar los mismos y para remediar cualquier riesgo que podemos causar en este ámbito.

Los 4 elementos del modelo

El modelo sigue la metodología definida por los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, propuesta por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que se desarrolla en cuatro elementos:


Compromiso

Mantenemos un compromiso explícito de protección de los derechos humanos en todos los territorios y países en los que operamos, que se materializa en la cultura empresarial a través de los 10 Principios de respeto a los derechos humanos, recogidos en el Compromiso con la promoción y el respecto de los derechos humanos y promocionados en la Política de Sostenibilidad de Redeia y en el Código Ético y de Conducta.

Estos principios, que revisamos anualmente, se han elaborado teniendo en cuenta los derechos humanos tradicionales y emergentes reconocidos internacionalmente, los sectores en los desarrollamos nuestra actividad y los mecanismos de reclamación que ponemos a disposición de todos los grupos de interés. Este análisis periódico nos permite estar alerta e identificar cualquier nuevo riesgo derivado del día a día o de un cambio de perímetro de la compañía.

Así, por los sectores y las geografías en la que operamos en la actualidad, nuestros principales riesgos en materia de derechos humanos son el trabajo forzoso, el trabajo infantil, la trata de seres humanos, la libertad de asociación, la negociación colectiva, la igualdad de remuneración, la discriminación, la salud y la seguridad, el trabajo decente, la privacidad y la seguridad de los datos, la identidad y los derechos sociales, culturales y económicos de los pueblos indígenas, la propiedad privada, el medio ambiente saludable y la gestión ética.

También trabajamos con los grupos de interés que podrían verse afectados, prestando especial atención a los grupos vulnerables, como mujeres, niños, poblaciones indígenas, trabajadores inmigrantes, empleados de terceros, comunidades locales, personas con discapacidad, grupos LGBTI o minorías étnicas. En nuestro alcance también están los empleados, propietarios de terrenos y, por supuesto, la sociedad en su conjunto.

Con el objetivo de extender este comportamiento a lo largo de la cadena de suministro, ampliamos la obligación con los derechos humanos a nuestros proveedores a través del Código de conducta para proveedores.

Debida diligencia

Desde 2013 venimos desarrollando análisis anuales de debida diligencia con alcance a todas las empresas de Redeia (incluyendo las sociedades de ARGO y TEN), para identificar, evaluar, remediar, mitigar y prevenir posibles riesgos o impactos en materia de derechos humanos derivados de nuestra actividad directa e indirecta.

Este mecanismo, regulado en nuestra normativa interna, “Guía de actuación de debida diligencia en derechos humanos para actividades propias”, consta de tres etapas:

  • Determinamos los impactos potenciales y reales: a partir de los derechos humanos y de los titulares de derechos recogidos en nuestro Compromiso, identificamos, priorizamos y evaluamos, con una metodología propia basada en la probabilidad de ocurrencia del impacto y la severidad del mismo, posibles impactos negativos, potenciales y reales. Asimismo, analizamos nuestras políticas, compromisos y mecanismos de control para minimizar estos riesgos, asegurar el respeto de los derechos humanos y remediar posibles vulneraciones de los mismos. Finalmente obtenemos el mapa de riesgos de los derechos humanos, que actualizamos de manera anual.
  • Implantamos medidas de prevención, mitigación y remediación: integramos las conclusiones del mapa de riesgos de derechos humanos en las funciones y procesos de la compañía y planteamos e implementamos medidas de prevención y/o mitigación con objetivos concretos de mejora. Ante cualquier vulneración identificada, nos proponemos reparar el daño ocasionado y garantizar el acceso a la justicia de las víctimas.
  • Seguimos las medidas implantadas: evaluamos el desempeño de las medidas a partir de indicadores cualitativos y cuantitativos previamente definidos, al menos cada doce meses. Si los resultados no son los deseados y/o perdura el daño ocasionado, revisamos la definición de la medida y realizamos consultas a los empleados y a las partes interesadas para construir nuevas soluciones en colaboración.

El resultado de la debida diligencia ha evidenciado, hasta la fecha, que presentamos un nivel de riesgo bajo de vulneración de los derechos humanos y que nuestra actividad en ningún caso ha vulnerado los derechos humanos de ningún grupo de interés.

Es necesario señalar que, si bien Perú cuenta con población indígena, no existen poblados o comunidades indígenas en el área de influencia directa de nuestras actividades y, por tanto, no existe afectación a dicho colectivo. Además, tal y como se deriva de nuestro Compromiso, nos comprometemos a respetar la libertad y los derechos de las minorías étnicas y de las comunidades indígenas.

Adicionalmente, trasladamos nuestro compromiso en materia de integridad y derechos humanos a terceras partes con las que pretendemos mantener relaciones de cualquier naturaleza y aplicamos medidas de debida diligencia en función del riesgo del tercero, a través de la “Guía de actuación de debida diligencia en integridad y derechos humanos para terceros” (operaciones corporativas, socios comerciales, agentes externos, administradores, equipo directivo, entidades colaboradoras del entorno social, propietarios y titulares de terrenos, proveedores y clientes).

Antes de formalizar relaciones con ellos, obtenemos información sobre su integridad y su gestión de los derechos humanos, poniendo el foco en los empleados, los grupos vulnerables, los propietarios de tierras y la sociedad en su conjunto. Establecemos medidas de diligencia debida que aplicamos en función del riesgo del tercero y de las características de la relación.

Con el fin de garantizar la mejora continua en el ámbito de la debida diligencia, revisamos anualmente las normativas internas que rigen estos dos mecanismos.

Mecanismos de reclamación

El Canal ético y de cumplimiento accesible a todos nuestros grupos de interés, es el mecanismo formal de Redeia para consultas y denuncias relacionadas con los derechos humanos..

Si necesitas trasladar sus inquietudes en relación con este ámbito, también puedes hacerlo a través del Servicio DÍGAME o del Canal ASA (Atención y Soporte de Aprovisionamientos) si eres proveedor. Adicionalmente, promovemos y mantenemos una relación permanente con las áreas locales en las que estamos presentes.

Para tratar adecuadamente las solicitudes ante posibles vulneraciones de los derechos humanos, los empleados que gestionan estos canales reciben formación periódica.

Comunicación

Publicamos anualmente los resultados del proceso de debida diligencia en derechos humanos, incluyendo los impactos potenciales y reales identificados así como las medidas adoptadas y sus resultados, a través del Informe anual de Sostenibilidad. Asimismo, publicamos el Informe anual de gestión de la ética con un análisis de las posibles denuncias recibidas en esta materia.

Periódicamente impulsamos actuaciones de comunicación y sensibilización interna y externa dirigidas a empleados y proveedores de la compañía.

2022, un año de avances que nos posicionan a la vanguardia en derechos humanos

Los impactos en derechos humanos son dinámicos y exigen mantenerse alerta de manera constante. Por eso, Redeia actualiza los resultados de su procedimiento de derechos humanos de manera anual.

En 2022, hemos revisado el mapa de riesgos de derechos humanos, analizando que la actividad de Redeia no haya generado impactos en nuevos colectivos y que los derechos humanos prioritarios sobre los que se tiene más posibilidad de impactar por sector y geografía, no se hayan visto incrementados.

Hemos actualizado la priorización y evaluación de los impactos negativos, potenciales y reales, de acuerdo con la metodología propia, basada en la probabilidad de ocurrencia del impacto y la severidad de este.

Hemos integrado las conclusiones del mapa de riesgos de derechos humanos en las funciones y procesos de la compañía e implementación de medidas de prevención y mitigación de los riesgos. No ha sido necesario llevar a cabo ninguna medida de remediación.

Se ha revisado que todos los riesgos caracterizados estén cubiertos por procedimientos internos, presentando al menos un nivel de protección alto (riesgo cubierto por una estrategia, plan o iniciativa concreta a nivel compañía) de manera que su probabilidad de ocurrencia o la gravedad de su impacto sean muy bajas.

Durante 2022 se han llevado a cabo actuaciones de mitigación para aquellos riesgos concretos que presentaron mayor probabilidad de ocurrencia en la anterior evaluación, estando relacionados, en su mayoría, con condiciones laborales y por lo tanto, con empleados. Estas fueron:

  • Desconexión digital: desde la identificación de este riesgo, Redeia ha trabajado en varias acciones para mitigarlo.
    • Redeia cuenta con un procedimiento de desconexión digital, aprobado en febrero del 2022. Para asegurar su correcta implantación se ha acompañado de un plan de comunicación dirigido a la sensibilización de la importancia de la desconexión digital y se han desplegado medidas dirigidas a mejorar la salud y calidad, con consejos a los empleados sobre cómo aplicar de manera efectiva la desconexión digital.
    • Durante el 2022, el colectivo de oficina ha disfrutado del trabajo remoto parcial, pudiendo desarrollar sus actividades laborales desde sus domicilios en jornada de tarde (un 17% de la jornada laboral).
    • Asimismo, desde 2022 se puede disfrutar de la flexibilidad espacial, el 54% de la plantilla dispone de la posibilidad de trabajar en remoto en torno a un 47% de sus días laborales anuales, pudiendo elegir hacerlo desde hasta dos ubicaciones diferentes (primera y segunda residencia generalmente).
  • Exceso de horas de trabajo: este riesgo también se identificó como de probabilidad de ocurrencia media. Para mitigarlo, la empresa está desarrollando algunos proyectos.
    • En 2023, Redeia está avanzando en el proyecto del nuevo sistema de gestión de tiempos “on-time”, a partir del cual se van a elaborar reglas que garanticen los horarios máximos de las jornadas laborales, entre otras mucha medida de desconexión digital.
  • Riesgos psicosociales derivados de la excesiva carga de trabajo, el estrés, la falta de motivación, el clima laboral negativo, etc., también se identificó como un riesgo probable. Para mitigar este riesgo, Redeia:
    • En 2022 se ha llevado a cabo el proyecto “Emoción”, para incorporar la gestión emocional a la prevención de riesgos laborales en aquellas actividades de mayor riesgo. Este proyecto se ha desplegado en tres vertientes:
      • Inclusión de la percepción emocional en las charlas de seguridad antes de comenzar los trabajos.
      • Formación de los líderes en gestión emocional.
      • Aplicación en la prevención de riesgos laborales mediante la evaluación del perfil emocional de cada grupo participante y la determinación de sus competencias de seguridad, a través de una metodología que relaciona la personalidad y la siniestrabilidad.
    • Adicionalmente, se ha activado de nuevo un servicio de apoyo a las personas. Este servicio de asistencia psicológica surgió para dar respuesta al impacto que podía producir en la salud psicosocial la pandemia del COVID-19 y actualmente se ha implantado de nuevo. El servicio garantiza una asistencia psicológica a distancia, a través de un teléfono de consulta, o del correo electrónico. Todas las personas de Redeia pueden hacer uso de este servicio.

Encontrará más información sobre estas y otras medidas en la Memoria de Organización Saludable 2022.

Redeia desarrolla un sistema de seguimiento que analiza el funcionamiento de las medidas de mitigación del impacto potencial e identifica si ha conseguido prevenir su aparición o mitigarla.

Del mismo modo que los derechos humanos, las medidas de mitigación también deben tener una supervisión constante y monitorear su efectividad. En ese sentido, se ha reevaluado la posibilidad de ocurrencia de estos eventos con empleados de Redeia para ver si las medidas de mitigación han surgido efecto.

  • En el caso de los riesgos psicosociales, la probabilidad de ocurrencia ha disminuido su puntuación en un 25% con respecto a lo valorado en 2022, mientras que la percepción de las horas excesivas de trabajo, ha disminuido más de un 10%.
  • Por su parte, las medidas de desconexión digital han disminuido la probabilidad de ocurrencia de este riesgo un 9%.

Hasta la fecha, no han sido necesarias acciones de remediación, porque ningún riesgo se ha materializado.

Sin embargo, Redeia, consciente de que los riesgos en derechos humanos son dinámicos, sigue revisando periódicamente que estos no lleguen a materializarse.